- El regreso de Cristo
- Introducción
- El reino de los cielos esta dentro de ti
- Sabias que...
- Las llaves del reino
- Chispas de Luz
- Dios te habla...
- El nuevo pacto y sus promesas
- El plan de Dios
- Todos seremos salvos
- El nuevo templo
- El sueño del faraón
- Las parábolas
- La realidad espiritual
- La salvación
- Los elegidos
- Salvos por gracia
- Reinaremos con Cristo
- Babilonia
- La gran ramera
- La Bestia
- La marca de la Bestia
- Satanás
- El fuego consumidor
- La libertad
- El bautismo
- La navidad
- La ley del Espíritu
- La ley de Moisés
- La muerte primera
- La muerte segunda
- La expiación
- La resurrección
- La apostasía
- El anticristo
- El último hombre
- El milenio
- La verdadera Iglesia
- Profecías
- El final de los tiempos
- El Infierno
- De la muerte a la vida
- El sermón de la montaña
- La mostaza y la levadura
- Parábola de los talentos
- Parábola del sembrador
- La cizaña del campo
- El ciego de nacimiento
- El hijo pródigo
- Los dos bebés
- Deidad - Poema
- El Trono - Prosa Poética
- Alborada - Prosa Poética
- El Viaje - Prosa Poética
- El Amor - Prosa Poética
- Angelitos Negros - Poema
- El Amigo - Prosa Poética
- Bendíceme - Poema
- Mis muertos
- Tu Yo Soy
- La vida es asi....
- Oración
- Escritos de Mike Vinson y Ray Smith
- Evangelios apócrifos
- Los manuscritos del Mar Muerto
- Sispo
- Escríbeme!!!
Reinaremos con Cristo
Mientras el mundo en tinieblas aguarda la venida de Cristo en la Jerusalén terrenal, nosotros lo tomaremos por sorpresa, nadie escapará, los cimientos del universo serán conmovidos. Nosotros no somos sombras, nosotros somos las cosas espirituales mismas de que hablaban los profetas.
El todo poderoso está reuniendo su ejército para la conquista, comandado por Jesús el Cristo, la estrella resplandeciente de la mañana.
Mateo 6:21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
La palabra de Dios, su evangelio, su doctrina es el Espíritu.
Pon tu corazón donde está el tesoro: en el Espíritu y venceremos!
Si quieres reinar con El, tienes que andar como el anduvo: con la mente puesta en el Espíritu.
El mundo aguarda la manifestación de los hijos de Dios. La profecía nos enseña que conquistaremos el corazón y la mente de todos nuestros hermanos, los hijos de Adán, y nuestro reino no tendrá fin porque nosotros somos el Cristo de nuestro señor, a quienes el Padre de las luces preparó el reino.
Cristo viene pronto, hay que esperar hasta la edificación del templo, son solo 144.000 ladrillos, ya está casi terminado.
Nosotros somos los 144.000 elegidos de las 12 tribus de Israel. Las ovejas perdidas que Jesús el Cristo vino a buscar. Somos vírgenes porque hemos sido limpiados de todas las falsas doctrinas de Babilonia y de acuerdo con el nuevo pacto, solamente la doctrina del evangelio del Hijo de Dios ha sido grabada en nuestros corazones por el Espíritu de Dios el Padre.
Jesús juzgará a los vivos en la gran tribulación, despues de la primera resurreccion, durante la era del milenio. Los muertos serán juzgados en la era del lago de fuego, después de la segunda resurrección.
Nosotros somos el cuerpo de Cristo, la imagen visible de Dios el Padre. Todo Juicio que proviene del Padre por fiero que sea, tiene el propósito de salvación no de condenación, porque Jesucristo es el salvador del mundo entero.
Cuando se complete el número de los elegidos, la gran tribulación vendrá sobre los habitantes de la tierra. No quedará piedra sobre piedra, toda carne será juzgada. Nosotros somos la gran tribulación.
No temas hermano, la redención esta cerca, persevera que pronto seremos investidos con gran poder y gloria.
Cuando seamos glorificados, seremos la imagen visible del Dios invisible y todo el mundo nos verá.
Nuestro fuego abrazador juzgara a la tierra durante el milenio y juzgará al mundo en el llamado juicio del trono blanco después de la segunda resurrección. Nosotros somos el lago de fuego que arde con azufre.
No hay mayor honor ni mayor gloria que ser contado entre los 144.000 elegidos hijos de Dios, que guardan el testimonio de Jesús en sí mismos. Este solo conocimiento te limpia continuamente y te hace digno de ser el tabernáculo del Espíritu.
Estoy muy contento porque estamos creciendo en el conocimiento de Dios nuestro padre y de su hijo Jesús el Cristo, porque en eso consiste la vida eterna.
Prepara tu espada, toma posición sobre los muros de la gran ciudad, cuando suene la trompeta la tomaremos como ladrón en la noche. Incendiaremos casa por casa, nadie escapará del fuego consumidor.
El amor de Cristo supera todo conocimiento, solo a través de su doctrina podemos aprender la anchura, la longitud, la altura y la profundidad de su infinito y misericordioso amor.
Primero se recibe la palabra y después se entiende. Se paciente.
Las ovejas perdidas que Jesús vino a buscar, los miembros del cuerpo de Cristo resucitarán primero.
De la misma manera que tu hermano el gemelo mayor fue herido de muerte por la espada, así le ocurrirá al resto de nuestros hermanos. Nadie escapará, todos serán traspasados por la espada de doble filo que se nos ha entregado.
Sin traje formal no podrás entrar a la fiesta aunque te hayan invitado.
Regocíjate, llena tu corazón con la esperanza en las promesas que nuestro Padre nos tiene preparadas. Recuerda que hay un solo Dios, El Padre y un solo señor su Hijo, El Cristo, de quien somos nosotros su cuerpo.
Las arras de nuestra herencia es el amor de Dios el cual ha sido derramado en nuestros corazones. Persevera que tendrás grande galardón. Pronto las posesiones de nuestra herencia serán redimidas.
Somos la Jerusalén celestial. La ciudad donde habita Dios.
Recuerda hermano que el entendimiento que tienes sobre las sagradas escrituras te llega de lo alto. Las palabras de la profecía están selladas, nadie puede abrirlas
El reino de los cielos ya está aquí, en tu mente y corazón. Como fue prometido a Abraham pronto recibiremos este mundo como parte de nuestra herencia.
Para ser salvo solo basta mantenerse firme en la fe hasta el último día. Para mantenerte en la fe no le quites ni le agregues nada a la doctrina que se te está enseñando.
El todo poderoso está reuniendo su ejército para la conquista, comandado por Jesús el Cristo, la estrella resplandeciente de la mañana.
Mateo 6:21 Porque donde estuviere vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón.
La palabra de Dios, su evangelio, su doctrina es el Espíritu.
Pon tu corazón donde está el tesoro: en el Espíritu y venceremos!
Si quieres reinar con El, tienes que andar como el anduvo: con la mente puesta en el Espíritu.
El mundo aguarda la manifestación de los hijos de Dios. La profecía nos enseña que conquistaremos el corazón y la mente de todos nuestros hermanos, los hijos de Adán, y nuestro reino no tendrá fin porque nosotros somos el Cristo de nuestro señor, a quienes el Padre de las luces preparó el reino.
Cristo viene pronto, hay que esperar hasta la edificación del templo, son solo 144.000 ladrillos, ya está casi terminado.
Nosotros somos los 144.000 elegidos de las 12 tribus de Israel. Las ovejas perdidas que Jesús el Cristo vino a buscar. Somos vírgenes porque hemos sido limpiados de todas las falsas doctrinas de Babilonia y de acuerdo con el nuevo pacto, solamente la doctrina del evangelio del Hijo de Dios ha sido grabada en nuestros corazones por el Espíritu de Dios el Padre.
Jesús juzgará a los vivos en la gran tribulación, despues de la primera resurreccion, durante la era del milenio. Los muertos serán juzgados en la era del lago de fuego, después de la segunda resurrección.
Nosotros somos el cuerpo de Cristo, la imagen visible de Dios el Padre. Todo Juicio que proviene del Padre por fiero que sea, tiene el propósito de salvación no de condenación, porque Jesucristo es el salvador del mundo entero.
Cuando se complete el número de los elegidos, la gran tribulación vendrá sobre los habitantes de la tierra. No quedará piedra sobre piedra, toda carne será juzgada. Nosotros somos la gran tribulación.
No temas hermano, la redención esta cerca, persevera que pronto seremos investidos con gran poder y gloria.
Cuando seamos glorificados, seremos la imagen visible del Dios invisible y todo el mundo nos verá.
Nuestro fuego abrazador juzgara a la tierra durante el milenio y juzgará al mundo en el llamado juicio del trono blanco después de la segunda resurrección. Nosotros somos el lago de fuego que arde con azufre.
No hay mayor honor ni mayor gloria que ser contado entre los 144.000 elegidos hijos de Dios, que guardan el testimonio de Jesús en sí mismos. Este solo conocimiento te limpia continuamente y te hace digno de ser el tabernáculo del Espíritu.
Estoy muy contento porque estamos creciendo en el conocimiento de Dios nuestro padre y de su hijo Jesús el Cristo, porque en eso consiste la vida eterna.
Prepara tu espada, toma posición sobre los muros de la gran ciudad, cuando suene la trompeta la tomaremos como ladrón en la noche. Incendiaremos casa por casa, nadie escapará del fuego consumidor.
El amor de Cristo supera todo conocimiento, solo a través de su doctrina podemos aprender la anchura, la longitud, la altura y la profundidad de su infinito y misericordioso amor.
Primero se recibe la palabra y después se entiende. Se paciente.
Las ovejas perdidas que Jesús vino a buscar, los miembros del cuerpo de Cristo resucitarán primero.
De la misma manera que tu hermano el gemelo mayor fue herido de muerte por la espada, así le ocurrirá al resto de nuestros hermanos. Nadie escapará, todos serán traspasados por la espada de doble filo que se nos ha entregado.
Sin traje formal no podrás entrar a la fiesta aunque te hayan invitado.
Regocíjate, llena tu corazón con la esperanza en las promesas que nuestro Padre nos tiene preparadas. Recuerda que hay un solo Dios, El Padre y un solo señor su Hijo, El Cristo, de quien somos nosotros su cuerpo.
Las arras de nuestra herencia es el amor de Dios el cual ha sido derramado en nuestros corazones. Persevera que tendrás grande galardón. Pronto las posesiones de nuestra herencia serán redimidas.
Somos la Jerusalén celestial. La ciudad donde habita Dios.
Recuerda hermano que el entendimiento que tienes sobre las sagradas escrituras te llega de lo alto. Las palabras de la profecía están selladas, nadie puede abrirlas
El reino de los cielos ya está aquí, en tu mente y corazón. Como fue prometido a Abraham pronto recibiremos este mundo como parte de nuestra herencia.
Para ser salvo solo basta mantenerse firme en la fe hasta el último día. Para mantenerte en la fe no le quites ni le agregues nada a la doctrina que se te está enseñando.