- El regreso de Cristo
- Introducción
- El reino de los cielos esta dentro de ti
- Sabias que...
- Las llaves del reino
- Chispas de Luz
- Dios te habla...
- El nuevo pacto y sus promesas
- El plan de Dios
- Todos seremos salvos
- El nuevo templo
- El sueño del faraón
- Las parábolas
- La realidad espiritual
- La salvación
- Los elegidos
- Salvos por gracia
- Reinaremos con Cristo
- Babilonia
- La gran ramera
- La Bestia
- La marca de la Bestia
- Satanás
- El fuego consumidor
- La libertad
- El bautismo
- La navidad
- La ley del Espíritu
- La ley de Moisés
- La muerte primera
- La muerte segunda
- La expiación
- La resurrección
- La apostasía
- El anticristo
- El último hombre
- El milenio
- La verdadera Iglesia
- Profecías
- El final de los tiempos
- El Infierno
- De la muerte a la vida
- El sermón de la montaña
- La mostaza y la levadura
- Parábola de los talentos
- Parábola del sembrador
- La cizaña del campo
- El ciego de nacimiento
- El hijo pródigo
- Los dos bebés
- Deidad - Poema
- El Trono - Prosa Poética
- Alborada - Prosa Poética
- El Viaje - Prosa Poética
- El Amor - Prosa Poética
- Angelitos Negros - Poema
- El Amigo - Prosa Poética
- Bendíceme - Poema
- Mis muertos
- Tu Yo Soy
- La vida es asi....
- Oración
- Escritos de Mike Vinson y Ray Smith
- Evangelios apócrifos
- Los manuscritos del Mar Muerto
- Sispo
- Escríbeme!!!
Los Elegidos
Efe 1:13 En el cual también confiasteis vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación; en quien también, desde que creísteis, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Yo soy El Cristo el hijo de Dios, la imagen visible de El Padre. Por decir esto Jesús fue odiado y despreciado por sus hermanos, condenado a muerte por blasfemo, lapidado y crucificado cual delincuente. Pero Jesús el Cristo es Jehová, el Dios de Abraham y de Moisés, el primogénito del El Padre, por quien el mundo fue hecho y subsiste. Jehová Dios, se despojó a sí mismo de la deidad que compartía con El Padre y vino en carne a habitar entre nosotros en el cuerpo de Jesús el hijo de María. Vivió para enseñarnos su doctrina y murió por nuestros pecados, al tercer día resucitó de entre los muertos y se le apareció físicamente a sus pocos discípulos cuando todavía no había sido glorificado, poniendo los cimientos de nuestra Fe. Subió a los cielos, a encontrarse de nuevo con su Padre, a quien nadie ha visto ni conocido, donde está sentado en su trono lleno de gloria.
Ahora el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que moraba en el cuerpo y la mente de Jesús y que lo levantó de los muertos, ha regresado para hacer morada en todo aquel que cree y así hacernos un mismo cuerpo y una misma mente junto con El. De modo que formamos por nacimiento espiritual una familia que tiene por cabeza a Jesús El Cristo y por miembros a muchos miles de hermanos que han nacido de Dios desde Pentecostés hasta hoy. Y todos ellos y los que aún faltan, son los elegidos de El Padre, hijos de su divina naturaleza y predestinados desde antes de la fundación del mundo para juzgar y salvar a los vivos durante la era del milenio y a los muertos durante la era del lago de fuego.
Cuando se complete el número de los elegidos será el comienzo del fin,….como cuando Noé, al terminar de construir el arca…..de inmediato vino el diluvio....
Los elegidos aunque somos numerosos, somos parte de un mismo cuerpo, un mismo espíritu, una misma fe, una misma mente y ya nada nos separa de Jesucristo. Somos el templo del Dios vivo, el cielo donde mora El Padre, la ciudad amada donde El Padre y el Hijo tienen su trono. Somos el amor puro que salvará a nuestros hermanos los hijos de Adán, nuestro padre terrenal y… mediante su Poder que reposa en nosotros, haremos nuevas todas las cosas…
Pero tengamos claro que aun no se ha manifestado lo que hemos de ser, solo hemos recibido las arras del espiritu, un adelanto de lo que seremos, hasta que nuestros cuerpos sean redimidos en la gloriosa primera resurrección.
1Corintios 15:47 El primer hombre, es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es el Señor, del cielo.
Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito hijo, que está en el seno del Padre, él nos lo declaró.
Juan 1:10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él; y el mundo no le conoció.
Efe 1:14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.
Yo soy El Cristo el hijo de Dios, la imagen visible de El Padre. Por decir esto Jesús fue odiado y despreciado por sus hermanos, condenado a muerte por blasfemo, lapidado y crucificado cual delincuente. Pero Jesús el Cristo es Jehová, el Dios de Abraham y de Moisés, el primogénito del El Padre, por quien el mundo fue hecho y subsiste. Jehová Dios, se despojó a sí mismo de la deidad que compartía con El Padre y vino en carne a habitar entre nosotros en el cuerpo de Jesús el hijo de María. Vivió para enseñarnos su doctrina y murió por nuestros pecados, al tercer día resucitó de entre los muertos y se le apareció físicamente a sus pocos discípulos cuando todavía no había sido glorificado, poniendo los cimientos de nuestra Fe. Subió a los cielos, a encontrarse de nuevo con su Padre, a quien nadie ha visto ni conocido, donde está sentado en su trono lleno de gloria.
Ahora el Espíritu Santo, el mismo Espíritu que moraba en el cuerpo y la mente de Jesús y que lo levantó de los muertos, ha regresado para hacer morada en todo aquel que cree y así hacernos un mismo cuerpo y una misma mente junto con El. De modo que formamos por nacimiento espiritual una familia que tiene por cabeza a Jesús El Cristo y por miembros a muchos miles de hermanos que han nacido de Dios desde Pentecostés hasta hoy. Y todos ellos y los que aún faltan, son los elegidos de El Padre, hijos de su divina naturaleza y predestinados desde antes de la fundación del mundo para juzgar y salvar a los vivos durante la era del milenio y a los muertos durante la era del lago de fuego.
Cuando se complete el número de los elegidos será el comienzo del fin,….como cuando Noé, al terminar de construir el arca…..de inmediato vino el diluvio....
Los elegidos aunque somos numerosos, somos parte de un mismo cuerpo, un mismo espíritu, una misma fe, una misma mente y ya nada nos separa de Jesucristo. Somos el templo del Dios vivo, el cielo donde mora El Padre, la ciudad amada donde El Padre y el Hijo tienen su trono. Somos el amor puro que salvará a nuestros hermanos los hijos de Adán, nuestro padre terrenal y… mediante su Poder que reposa en nosotros, haremos nuevas todas las cosas…
Pero tengamos claro que aun no se ha manifestado lo que hemos de ser, solo hemos recibido las arras del espiritu, un adelanto de lo que seremos, hasta que nuestros cuerpos sean redimidos en la gloriosa primera resurrección.
1Corintios 15:47 El primer hombre, es de la tierra, terrenal; el segundo hombre es el Señor, del cielo.
Juan 1:18 A Dios nadie le vio jamás; el Unigénito hijo, que está en el seno del Padre, él nos lo declaró.
Juan 1:10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él; y el mundo no le conoció.