La Mente de Cristo

  • Introducción
  • El reino de los cielos esta dentro de ti
  • Sabias que...
  • Las llaves del reino
  • Chispas de Luz
  • Dios te habla...
  • El nuevo pacto y sus promesas
  • El plan de Dios
  • Todos seremos salvos
  • El nuevo templo
  • El sueño del faraón
  • Las parábolas
  • La realidad espiritual
  • La salvación
  • Los elegidos
  • Salvos por gracia
  • Reinaremos con Cristo
  • Babilonia
  • La gran ramera
  • La Bestia
  • La marca de la Bestia
  • Satanás
  • El fuego consumidor
  • La libertad
  • El bautismo
  • La navidad
  • La ley del Espíritu
  • La ley de Moisés
  • La muerte primera
  • La muerte segunda
  • La expiación
  • La resurrección
  • La apostasía
  • El anticristo
  • El último hombre
  • El milenio
  • La verdadera Iglesia
  • Profecías
  • El final de los tiempos
  • El regreso de Cristo
  • El Infierno
  • De la muerte a la vida
  • El sermón de la montaña
  • La mostaza y la levadura
  • Parábola de los talentos
  • Parábola del sembrador
  • La cizaña del campo
  • El ciego de nacimiento
  • El hijo pródigo
  • Los dos bebés
  • Deidad - Poema
  • El Trono - Prosa Poética
  • Alborada - Prosa Poética
  • El Viaje - Prosa Poética
  • El Amor - Prosa Poética
  • Angelitos Negros - Poema
  • El Amigo - Prosa Poética
  • Bendíceme - Poema
  • Mis muertos
  • Tu Yo Soy
  • La vida es asi....
  • Oración
  • Escritos de Mike Vinson y Ray Smith
  • Evangelios apócrifos
  • Los manuscritos del Mar Muerto
  • Sispo
  • Escríbeme!!!

LA PARÁBOLA DEL SEMBRADOR


 Evangelio según Mateo, capítulo 13
 
1 Ese día Jesús salió de casa y fue a sentarse  a orillas del lago. 

2 Pero la gente vino a él en tal cantidad, que  subió a una barca y se sentó en ella, mientras toda la gente se quedó en la  orilla. 

3 Jesús les habló de muchas cosas, usando  comparaciones o parábolas. Les decía: «El sembrador salió a sembrar. 

4 Y mientras sembraba, unos granos cayeron a lo  largo del camino: vinieron las aves y se los comieron. 

5 Otros cayeron en terreno pedregoso, con muy  poca tierra, y brotaron en seguida, pues no había profundidad. 

6 Pero apenas salió el sol, los quemó y, por  falta de raíces, se secaron. 

7 Otros cayeron en medio de cardos: éstos  crecieron y los ahogaron. 

8 Otros granos, finalmente, cayeron en buena  tierra y produjeron cosecha, unos el ciento, otros el sesenta y otros el treinta  por uno. 

9 El que tenga oídos, que escuche.» 

10 Los discípulos se acercaron y preguntaron a  Jesús: «¿Por qué les hablas en parábolas?» 

11 Jesús les respondió: «A ustedes se les ha  concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos, no. 

12 Porque al que tiene se le dará más y tendrá  en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. 

13 Por eso les hablo en parábolas, porque  miran, y no ven; oyen, pero no escuchan ni entienden. 

14 En ellos se verifica la profecía de Isaías:  Por más que oigan no entenderán, y por más que miren no verán.

 15 Este es un pueblo de conciencia endurecida. Sus oídos no saben escuchar, sus ojos están cerrados. No quieren ver con sus ojos, ni oír con sus oídos y comprender con su corazón... Pero con eso habría conversión y yo los sanaría. 

16 ¡Dichosos los ojos de ustedes, que ven!;  ¡dichosos los oídos de ustedes, que oyen! 

17 Yo se lo digo: muchos profetas y muchas  personas santas ansiaron ver lo que ustedes están viendo, y no lo vieron;  desearon oír lo que ustedes están oyendo, y no lo oyeron.

18 Escuchen ahora la parábola del sembrador: 
 
19 Cuando uno oye la palabra del Reino y no la  interioriza, viene el Maligno y le arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Ahí tienen lo que cayó a lo largo del camino.

 20 La semilla que cayó en terreno pedregoso, es  aquel que oye la Palabra y en seguida la recibe con alegría.

 21 En él, sin embargo, no hay raíces, y no dura  más que una temporada. Apenas sobreviene alguna contrariedad o persecución por  causa de la Palabra, inmediatamente se viene abajo. 

22 La semilla que cayó entre cardos, es aquel  que oye la Palabra, pero luego las preocupaciones de esta vida y los encantos de  las riquezas ahogan esta palabra, y al final no produce fruto. 

23 La semilla que cayó en tierra buena, es  aquel que oye la Palabra y la comprende. Este ciertamente dará fruto y producirá  cien, sesenta o treinta veces más.»

Powered by Create your own unique website with customizable templates.